martes, 8 de noviembre de 2011

¿Qué tanto sabe del aceite?

Por Katia Ramírez-Blankley

No todos los aceites actuan de la misma manera cuando se combinan con los alimentos; algunos queman más que otros o cambian de consistencia cuando se exponen a altas temperaturas.
Además, con todas las etiquetas con que los rotulan: "no colesterol", "100% puro" o "menos saturado", ¿no le inquieta saber si usa en su cocina el aceite adecuado?
En el mercado hay alrededor de 10 tipos diferentes de aceites. Algunos de los más populares son el aceite de maíz, el de oliva, el de cacahuate, el de canola, el de ajonjolí o sésamo, el de soya, el de nogal y los aceites de coco.
Básicamente los aceites son una mezcla de tres tipos de ácidos grasos, algunos menos dañinos para la salud que otros, pero al fin de cuentas grasas. Por un lado están las grasas saturadas, que elevan el colesterol en la sangre y que son los más perjudiciales (la manteca de cerdo, el aceite de coco y de palma, la mantequilla); las grasas poliinsaturadas por otro lado, que parecen disminuir el colesterol en la sangre y por último, las grasas monoinsaturadas que según estudios si sustituyen a las grasas saturadas disminuyen el colesterol malo (LDL), sin disminuir el bueno (HDL).
Asi es que aunque a simple vista los aceites de grasas monoinsaturadas, como el de oliva, son mejores para la salud porque disminuyen el riesgos de desarrollar enfermerdades cardiovasculares, todos los aceites son dañinos porque siguen siendo grasas y lo mejor es no confiarse. Usarlos con moderación es el mejor consejo.
Ahora bien, cómo usar los aceites en la cocina:
·        El aceite de maíz es el más utilizado para freir y saltear, ya que soporta temperaturas muy altas.
·        El aceite de oliva tienen tres graduaciones; a la más alta se le llama "extra virgen" y está elaborado con aceitunas de la  mejor calidad. El aceite llamado "virgen" se extrae de aceitunas de una calidad inferior y el "puro" de la pulpa que queda de las aceitunas vírgenes o extra vírgenes. Este aceite no tolera las altas temperaturas, por lo que no es bueno para freir.
·        Elaborado con cacahuates (maní), este aceite tiene un sabor suave y sólo se quema cuando alcanza temperaturas muy altas, por lo que es ideal para freir en cantidades abundantes.
·        Aceite de ajonjolí o de sésamo. De este aceite hay dos clases: el amarillo y el de color café oscuro. Ambos son adecuados para sofreir, pero se ahuman si se usan para freir en grandes cantidades. El de color café tiene un fuerte sabor a nuez, mientras que el amarillo es muy suave. Ambos se usan mucho en la cocina oriental, en platillos salteados.
·        Aceite de soya. Tolera bien el calor y es de un sabor fuerte.
·        Aceite de nogal. Tiene un sabor muy característico que se combina muy bien con el vinagre en ensaladas o aderezos. Cuando se calienta cambia de consistencia, por lo que no es recomendable para cocinar.
¡Buen provecho!

Panqueques con personalidad

Por Katia Ramírez-Blankley

En todo hogar donde hay niños los panqueques son el desayuno favorito.  A los pequeñines de la casa les encantan cubiertos con mantequilla y miel.
¿Cómo hacer para que sus panqueques sean más nutritivos?
Póngales un sello personal, añadiéndoles fruta fresca, pasas, nueces o cereales secos. En lugar de miel o jarabe de arce, barnícelos con mermelada o viértalos con yogur de sabor a frutas.
Los panqueques son un pan en forma de tortilla de origen inglés que basicamente se come en toda Latinoamerica. La receta incluye harina, leche, huevos, polvo de hornear y un poco de azúcar; luego todo se bate y después se fríe en la sartén con un poquito de aceite o mantequilla.
Actualmente, las amas de casa no tienen que preocuparse de las proporciones de cuánta harina y cuánto huevo, porque en el supermercado hay formulas ya preparadas a las que solamente hay que añadirles leche o agua. Preocúpese, entonces, por ponerles un toque mágico que no altere su consistencia pero sí su sabor y presentación.
A la pasta de los panqueques, por ejemplo, puede añadirles vainilla, nuez moscada y canela en polvo. También, puede combinar un poco de nueces, pasas o dátiles partidos finamente, o cocoa en polvo para hacer panqueques de chocolate.
Si le gustan un poco salados, póngales trocitos de jamón, pavo, mortadela, salchicha o queso.           Con estas mezclas cambiará por completo el sabor de sus panqueques y los hará más nutritivos.
Cuando los vaya a freir, viérta un poco de mezcla en la sartén y encima coloque un poco de fruta fresca finamente picada, como bananos, fresas o albaricoques; deles vuelta, fría ligeramente y sirva. La fruta fresca también se puede vertir sobre el panqueque al momento de servir, en lugar del jarabe.
La crema agria o la crema mexicana, también es una excelente opción para barnizar los panqueques, aunque quedarán entonces un poco más cargados de grasa.

Trucos para optener mejores panqueques
·        Coloque la mezcla batida en el refrigerador 30 minutos o más antes de freir.
·        Para que queden más livianos, puede ponerles jugo de frutas en lugar de leche.
·        Revuelva hasta que los ingredientes secos estén bien húmedos. NO los bata de más.
·        No presione los panqueques con la espátula mientras los está friendo, esto hace que queden más pesados.
·        Fríalos con la sartén bien caliente, pero a fuego mínimo.
·        Si calculo mal y le sobraron muchos panqueques, envuelvalos en papel plástico y congelelos. Para usar de nuevo, métalos a la tostadora y le quedarán como acabados de hacer.
·        Para hacer panqueques de chocolate sustituya dos cucharaditas de cocoa en polvo por la misma cantidad de harina.
·        Para darle un gusto más exótico a la miel o el jarabe de arce, añádale un poquito de licor. Este, por supuesto, no se lo dé a los niños.

Con un poco de imaginación y muchas pruebas, usted puede combertirse en la reina de los panqueques y crear una fórmula especial y llamativa exclusiva de su familia.
¡Buen provecho!

lunes, 13 de septiembre de 2010

Guía para comprar verduras

Cada semana, cuando vamos a hacer el mandado la meta siempre es la misma: comprar mucho y gastar menos dinero. No siempre lo conseguimos, pero al menos lo tratamos.


Y es que cuando vamos de compras, no sólo tenemos que aprovechar las especiales que nos ofrecen los supermercados, también debemos hacer la mejor elección de las frutas o verduras que compramos. Porque de qué nos vale ahorrar unos centavos en unas lechugas, que al día siguiente van a estar malas y no las vamos a poder comer.

Hoy les ofrecemos una guía muy sencilla para que aprenda a comprar las verduras que están en mejor estado.

Como regla general, elija las hortalizas que tenga un aspecto fresco y con hojas de colores vivos. No compre las que tengan manchas marrones, ni hojas marchitas o carne magullada o blanda.

· Las zanahorias, los nabos, las papas, camotes y rábanos deben de tener una carne pesada, fuerte. Fíjese que la piel no tenga arrugas, porque esto quiere decir que están muy viejas.

· Los champiñones o hongos, por ejemplo, deben de estar duros, con una pelusilla suave y un olor a fresco. Asegúrese que el extremo del tallo esté húmedo, porque de lo contrario quiere decir que la zeta no está fresca.

· Cuando compre cebollas, escoja bulbos firmes de piel, sin brotes. No compre las cebollas que estén húmedas o huelan a moho. Si compra cebollas tiernas, busque las que tienen sus hojas de un color verde oscuro y las raíces de aspecto fresco.

· En los tomates, berenjenas, pimientos y aguacates busque piel fuerte, lisa y brillante, además de un color profundo y uniforme. No compre los que estén suaves, arrugados o con cortes o golpes.

· Para las hojas de lechuga y berros asegúrese de llevar a casa las que tienen un aspecto fresco y la superficie ligeramente húmeda. No compre hojas marchitas o con manchas cafés.

· En verduras como el apio, la alcachofa, el hinojo y el espárrago, fíjese en que estén bien cerrados, sin manchas marrones en la capas exteriores.

· En hortalizas de hoja como las endibias, las acelgas y las espinacas, busque que tengan hojas tiesas, frescas y verdes. Las hojas tienen que estar elásticas al tacto, bien pegaditas; no compre las que tengan hojas marchitas o comeduras de insectos. Las espinacas de hojas pequeñas, húmedas y de tallos finos tienen mejor sabor.

· El maíz tierno, por su parte, debe de tener la envoltura verde y pegada; así como las semillas redondas y brillantes.

· En el caso de las coles, coliflor y brócoli compre el que tenga el cogollo compacto y sin dañar. Las hojas exteriores no tienen que estar marchitas o amarillas y los tallos deben de ser firmes.

· El mejor sabor de las verduras lo obtiene cuando compra las que están en temporada. Es cuando hay más y por lo consiguiente, cuando los supermercados las ponen a mejor precio.

· Aunque muchas de estas verduras de pueden almacenar en el refrigerador por varios días, es mejor que compre sólo las que va a usar a diario, o para el día siguiente. Así llevará a su mesa sólo productos frescos y de exquisito sabor.

¡Buen provecho!

domingo, 5 de septiembre de 2010

Panes y pasteles de Michoacán, México

El jengibre en la cocina

Por Katia Ramírez-Blankley

   Conocido desde tiempos milenarios por sus propiedades medicinales, el jengibre ha ganando terreno en el campo culinario. Cada día más cocineros lo utilizan para darle una sazón exótica e innovadora a sus platillos.
   El jengibre se puede utilizar en platos dulces y salados, ya que dependiendo de la cantidad y la forma en que se utilice, puede darle un sabor dulzón o picante a sus comidas.
   En el supermercado lo puede encontrar fresco, seco y preservado. Puede comprarlo en polvo, pelado, partido en rodajas o envasado en vinagre. También, lo venden en forma de caramelo o cristalizado.
   Cuando compre jengibre fresco, asegúrese de que tenga buen olor y no compre el que tenga grietas o señales de moho. Busque que la cáscara esté lisa y el cuerpo de la raíz firme. Cuando la piel del jengibre está arrugada significa que no es de buena calidad y que podría estar seco en su interior.
   Para usar el jengibre fresco, primero hay que pelarlo y luego partirlo de la forma deseada. Cortado en rodajas es bueno para darle sabor al aceite en que se fríe o saltea la comida. De debe incorporar en la sartén justo cuando el aceite está bien caliente.
   Generalmente se parte a la juliana (en tiritas) cuando se preparan platillos chinos, o cuando se cocina combinado con otras verduras de fácil cocción.
   El jengibre rallado o picado finamente se utiliza para aderezar carnes que se van a asar a la parrilla, pero primero tiene que combinarlo y saltearlo con ajos y pimientos.
   Para obtener un sabor más intenso a jengibre, añádalo al final de la preparación de los platillos. Si por el contrario, desea que su sabor pase desapercibido, agréguelo al principio de la cocción.
   En la repostería el jengibre es usado mayormente para añadir un sabor dulzón a los postres y pasteles. Es excelente acompañante de las manzanas y las bananas.
   El jengibre fresco puede durar en el refrigerador de dos a tres semanas. Recuerde que lo tiene que pelar justo cuando lo va a usar, de lo contrario se seca.
   El jengibre seco debe ser almacenado en lugares frescos y secos, preferiblemente oscuros.
   El utilizar más jengibre en la cocina le dará a sus platillos un gusto diferente. Además, recuerda que entre sus beneficios se encuentra el ser un digestivo, eliminar los dolores reumáticos y disminuir las molestias de gripes y resfriados.
   ¡Buen provecho!