Por Katia Ramírez-Blankley
No todos los aceites actuan de la misma manera cuando se combinan con los alimentos; algunos queman más que otros o cambian de consistencia cuando se exponen a altas temperaturas.
Además, con todas las etiquetas con que los rotulan: "no colesterol", "100% puro" o "menos saturado", ¿no le inquieta saber si usa en su cocina el aceite adecuado?
En el mercado hay alrededor de 10 tipos diferentes de aceites. Algunos de los más populares son el aceite de maíz, el de oliva, el de cacahuate, el de canola, el de ajonjolí o sésamo, el de soya, el de nogal y los aceites de coco.
Básicamente los aceites son una mezcla de tres tipos de ácidos grasos, algunos menos dañinos para la salud que otros, pero al fin de cuentas grasas. Por un lado están las grasas saturadas, que elevan el colesterol en la sangre y que son los más perjudiciales (la manteca de cerdo, el aceite de coco y de palma, la mantequilla); las grasas poliinsaturadas por otro lado, que parecen disminuir el colesterol en la sangre y por último, las grasas monoinsaturadas que según estudios si sustituyen a las grasas saturadas disminuyen el colesterol malo (LDL), sin disminuir el bueno (HDL).
Asi es que aunque a simple vista los aceites de grasas monoinsaturadas, como el de oliva, son mejores para la salud porque disminuyen el riesgos de desarrollar enfermerdades cardiovasculares, todos los aceites son dañinos porque siguen siendo grasas y lo mejor es no confiarse. Usarlos con moderación es el mejor consejo.
Ahora bien, cómo usar los aceites en la cocina:
· El aceite de maíz es el más utilizado para freir y saltear, ya que soporta temperaturas muy altas.
· El aceite de oliva tienen tres graduaciones; a la más alta se le llama "extra virgen" y está elaborado con aceitunas de la mejor calidad. El aceite llamado "virgen" se extrae de aceitunas de una calidad inferior y el "puro" de la pulpa que queda de las aceitunas vírgenes o extra vírgenes. Este aceite no tolera las altas temperaturas, por lo que no es bueno para freir.
· Elaborado con cacahuates (maní), este aceite tiene un sabor suave y sólo se quema cuando alcanza temperaturas muy altas, por lo que es ideal para freir en cantidades abundantes.
· Aceite de ajonjolí o de sésamo. De este aceite hay dos clases: el amarillo y el de color café oscuro. Ambos son adecuados para sofreir, pero se ahuman si se usan para freir en grandes cantidades. El de color café tiene un fuerte sabor a nuez, mientras que el amarillo es muy suave. Ambos se usan mucho en la cocina oriental, en platillos salteados.
· Aceite de soya. Tolera bien el calor y es de un sabor fuerte.
· Aceite de nogal. Tiene un sabor muy característico que se combina muy bien con el vinagre en ensaladas o aderezos. Cuando se calienta cambia de consistencia, por lo que no es recomendable para cocinar.
¡Buen provecho!